ESTO ES TAN SOLO EL COMIENZO. NO HAY FIN AL BIEN QUE PODEMOS HACER.
por Neale Donald Walsch
Esto pudiera ser lo más importante que hayas leído en el internet en un largo tiempo. Quizás en toda tu vida.
Depende de cómo veas tu vida y lo que creas que estás haciendo aquí.
Si ves tu vida como un simple proceso químico o biológico ("Nací, viví, respiré y morí"), lo que leas aquí puede tener una relevancia personal limitada. Sin embargo, si ves tu vida como un proceso espiritual ("No soy mi cuerpo. Mi cuerpo es algo que tengo. Aquello Que Yo Soy está en un viaje eterno de cuerpo/mente/alma"), lo que leas aquí podría acelerar ese viaje en un nivel personal. De hecho, tú pusiste este artículo aquí para que pudieras hacerlo.
En este momento nuestra especie está viviendo una pesadilla colectiva global. Tu vida individual es parte de esa pesadilla — vivas infelizmente o no. Lo más importante, son aquellos que no están viviendo infelizmente (o quienes activamente eligen no hacerlo) los únicos quienes pueden transformar nuestra continua pesadilla global en el sueño que nuestra especie siempre a previsto. Esto se refiere a ti.
Transformar nuestra pesadilla en un sueño tiene menos que ver con el mundo en general, que lo que tiene que ver contigo como individuo. Pues es a través de tu proceso de tu avance evolutivo individual — y sólo a través de ese proceso — que el mundo cambiará.
La transformación global es el desenlace, no la intención, de la evolución espiritual individual — tal como la disfunción global es el desenlace y no la intención del estancamiento espiritual individual.
Resulta que no podemos ser colectivamente más grandes que lo que somos individualmente. Sin embargo, la grandeza de un individuo puede incrementar la grandeza del colectivo exponencialmente. Esto es así porque la energía de la vida se impacta a sí misma a través del proceso de magnificación.
Lo que somos, magnificamos. Esto se ha demostrado a través de la historia humana y explica cómo un puñado de individuos valientes y espiritualmente conscientes ha tenido un extraordinario y aparentemente desproporcionado efecto en la humanidad como un todo.
Lao Tsé tuvo tal efecto. Siddhartha Gautama (después llamado Buddha) tuvo ese efecto. Moises tuvo ese efecto. Jesucristo tuvo tal efecto. La Madre María tuvo ese efecto. Hildegard deBingen tuvo ese efecto. Beatriz de Nazareth tuvo tal efecto. Julian de Norwich tuvo tal efecto. Teresa de Avila tuvo tal efecto. Santa Catalina de Génova, Santa Isabel, Juana de Arco, Birgittta de Suecia, Melania la Vieja y, más contemporaneamente, Paramahansa Yogananda, H.P. Blavatsky, Annie Besant, Thich Nhat Hanh, la Madre Teresa, el Dalai Lama, Mātā Amṛtānandamayī Devī, Madre Meera y otros han tenido, y tienen actualmente, tal efecto.
Imagina lo que podría pasar si siquiera unos cuantos miles de nosotros se elevara para tener tal efecto.
A esto se le llama el Efecto Multiplicador, y es a través de tal Fenómeno Energético que se puede producir el cambio a un nivel global.
Esto no era posible antes. No a una escala global. Miles de vidas pueden ser (y han sido) cambiadas — en realidad, millones— por individuos experimentando su Verdadera Identidad, pero nunca hasta ahora unos cuantos individuos habían sido capaces de cambiar la vida de miles de millones, y por tanto alterar el curso de la historia humana.
De esto es de lo que se trata la Revolución de la Evolución.
La Revolución de la Evolución se trata de cambiar el curso de la historia humana al cambiar el curso de nuestras vidas individuales.
Este es el alcance del activismo espiritual del Equipo de la Humanidad, y sumaré más a este tema a medida que expanda este artículo en los días y semanas por venir. Por favor regresa a este escrito de manera regular. Y compártelo, ahora mismo, con otros.
Estamos comprometidos aquí, mis hermanas y hermanos espirituales, en un movimiento de proporciones mundiales. Y todo inicia y termina contigo.
Esta es la razón por la que no puede ser detenido. Comienza y termina con cada uno de ustedes, y con aquello en lo que creen. Y no se a terminado con el Día del Despertar, el 12 de marzo. Apenas ha comenzado.
Depende de cómo veas tu vida y lo que creas que estás haciendo aquí.
Si ves tu vida como un simple proceso químico o biológico ("Nací, viví, respiré y morí"), lo que leas aquí puede tener una relevancia personal limitada. Sin embargo, si ves tu vida como un proceso espiritual ("No soy mi cuerpo. Mi cuerpo es algo que tengo. Aquello Que Yo Soy está en un viaje eterno de cuerpo/mente/alma"), lo que leas aquí podría acelerar ese viaje en un nivel personal. De hecho, tú pusiste este artículo aquí para que pudieras hacerlo.
En este momento nuestra especie está viviendo una pesadilla colectiva global. Tu vida individual es parte de esa pesadilla — vivas infelizmente o no. Lo más importante, son aquellos que no están viviendo infelizmente (o quienes activamente eligen no hacerlo) los únicos quienes pueden transformar nuestra continua pesadilla global en el sueño que nuestra especie siempre a previsto. Esto se refiere a ti.
Transformar nuestra pesadilla en un sueño tiene menos que ver con el mundo en general, que lo que tiene que ver contigo como individuo. Pues es a través de tu proceso de tu avance evolutivo individual — y sólo a través de ese proceso — que el mundo cambiará.
La transformación global es el desenlace, no la intención, de la evolución espiritual individual — tal como la disfunción global es el desenlace y no la intención del estancamiento espiritual individual.
Resulta que no podemos ser colectivamente más grandes que lo que somos individualmente. Sin embargo, la grandeza de un individuo puede incrementar la grandeza del colectivo exponencialmente. Esto es así porque la energía de la vida se impacta a sí misma a través del proceso de magnificación.
Lo que somos, magnificamos. Esto se ha demostrado a través de la historia humana y explica cómo un puñado de individuos valientes y espiritualmente conscientes ha tenido un extraordinario y aparentemente desproporcionado efecto en la humanidad como un todo.
Lao Tsé tuvo tal efecto. Siddhartha Gautama (después llamado Buddha) tuvo ese efecto. Moises tuvo ese efecto. Jesucristo tuvo tal efecto. La Madre María tuvo ese efecto. Hildegard deBingen tuvo ese efecto. Beatriz de Nazareth tuvo tal efecto. Julian de Norwich tuvo tal efecto. Teresa de Avila tuvo tal efecto. Santa Catalina de Génova, Santa Isabel, Juana de Arco, Birgittta de Suecia, Melania la Vieja y, más contemporaneamente, Paramahansa Yogananda, H.P. Blavatsky, Annie Besant, Thich Nhat Hanh, la Madre Teresa, el Dalai Lama, Mātā Amṛtānandamayī Devī, Madre Meera y otros han tenido, y tienen actualmente, tal efecto.
Imagina lo que podría pasar si siquiera unos cuantos miles de nosotros se elevara para tener tal efecto.
A esto se le llama el Efecto Multiplicador, y es a través de tal Fenómeno Energético que se puede producir el cambio a un nivel global.
Esto no era posible antes. No a una escala global. Miles de vidas pueden ser (y han sido) cambiadas — en realidad, millones— por individuos experimentando su Verdadera Identidad, pero nunca hasta ahora unos cuantos individuos habían sido capaces de cambiar la vida de miles de millones, y por tanto alterar el curso de la historia humana.
De esto es de lo que se trata la Revolución de la Evolución.
La Revolución de la Evolución se trata de cambiar el curso de la historia humana al cambiar el curso de nuestras vidas individuales.
Este es el alcance del activismo espiritual del Equipo de la Humanidad, y sumaré más a este tema a medida que expanda este artículo en los días y semanas por venir. Por favor regresa a este escrito de manera regular. Y compártelo, ahora mismo, con otros.
Estamos comprometidos aquí, mis hermanas y hermanos espirituales, en un movimiento de proporciones mundiales. Y todo inicia y termina contigo.
Esta es la razón por la que no puede ser detenido. Comienza y termina con cada uno de ustedes, y con aquello en lo que creen. Y no se a terminado con el Día del Despertar, el 12 de marzo. Apenas ha comenzado.